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El grito mudo de un lapacho
Soy el lapacho frente al Banco Macro .
Escribo para que se fijen en mi.
Pero antes, les contaré mi historia. Me plantó un abuelo, hace mas o menos unos treinta años atrás. Crecí con salud. Al principio no me gustaba el lugar. Frente a un banco.!!! Todos bajaban de su auto, entraban con cara de preocupación , y salían otra vez, pensando en no se qué . Nadie se fijaba en mi presencia.
Igualmente fui feliz, en primavera mis flores alegraban el pueblo, en verano , mis hojas daban sombra a los que hacían cola frente al banco.
Así pasaron los años, seguí elevándome, hasta que me convertí en un frondoso lapacho.
A veces, el olor del monte , a la tierra mojada, me sacudía el corazón. Luego pensaba en todos los que pasaban, porque si bien en este pueblo muchos se mueven en autos lujosos, también hay muchos que caminan largas distancias. Otros , pasan con sus pies descalzos, y en pleno verano , se refugiaban en mi sombra.
Me sentía importante, cuando alguien se tomaba un descanso junto a mi tronco, se secaba el sudor de su frente, acomodaba sus bolsos y seguía su camino.
También en los días tórridos de verano, la gente formaba fila bajo mi sombra, por unos minutos , amortiguaban los rayos implacables del sol misionero.
Hace unos dos o tres años, escuché una gran discusión en el pueblo.
Las autoridades querían mejorar las veredas. Contrataron peones para limpiarlas y preparar el terreno. Así cayeron dos hermanos míos de la vereda de enfrente. La motosierra hacía un ruido infernal. Yo temblaba, en un rato sería mi turno.
Pero no, me salvé. Se juntaron vecinos, los escuché gritar, discutir.
Me emocionaron los niños, ellos no querían que cortaran los árboles. Hasta vino el intendente. Hablaron con él. Unos estaban abrazados al tronco del lapacho de la esquina de enfrente . Pegaron carteles rogando que no los cortaran, también juntaron firmas.
Me alegró, se armó la discusión por nosotros, los árboles del pueblo!!!!
Y pensar, que yo creía que nadie nos miraba, !! Estaba equivocado !!! Por primera vez sentí que éramos importantes !!
Vinieron jóvenes y me marcaron, me hicieron una línea sobre mi tronco. No entendía nada. Esperaba esa motosierra poderosa , casi temblando, cuando de pronto, unas chicas dibujaron una raya . Escuché que decían _ A este no.
Respiré hondo, toda la brisa de la mañana refrescó mis hojas. Mi pecho, se ensanchó y comprendí que no me iban a cortar.
Luego vi cómo arreglaban la vereda y me dejaban a mí , de pie , en ese lugar. Al principio no me dejaron espacio de tierra para que el agua de lluvia pudiera penetrar. Pero alguien se fijó en ese detalle y los obreros de las veredas agrandaron mi base. Otro alivio. Otro estirón de mis ramas …. Iba a poder beber el agua fresca de la lluvia…qué bueno…
Terminaron las veredas, llegó el verano, y comprendí qué pocos adultos habíamos quedado de pie. Y cómo los habitantes del pueblo trataban de estacionar sus autos debajo de nuestra sombra.
A principios de cada mes , se forman las filas para cobrar en el cajero automático. y todos buscaban mi sombra. Ah !!!ustedes me querían cortar!!!! y ahora se refugian en mi gratuita frescura !!!…Así les devolvía yo su favor. Con unos minutos de sombra protectora .
Pero qué pasó ? Esta primavera , vinieron los podadores.
Me desmocharon. Quitaron mi copa. Adiós a mis ramas y mis hojas… me dejaron apenas unos muñones dolorosos . Soy un esqueleto frágil , bajo el sol. Adiós al aire fresco….. la sombra…….
Por qué ? A quién hice daño? Mi savia de primavera sube , y con el calor del mediodía hierve en mis venas. Me quema, me lastima. El sol es implacable. No me perdona un segundo.
¿Por qué me mutilan ? Me gustaría que probara algún hombre, que se saque su ropa, y quede desnudo en el asfalto , en las horas del mediodía. Sin sombrero y sin remera . Sin brazos y sin zapatos. De pie, inmóvil e indefenso ……. Así me siento yo. Hoy, en el mes de octubre , frente al banco………y me pregunto , resistiré el verano ? ………..
María Mercedes Jiménez de Gallero
6185413
Cuiden a ése lapacho. Voy seguido a Misiones y he notado mas de una que los lugareños no valoran lo que tienen. Estan acostumbrados a tanta belleza que no la valoran? Cuando vamos se nos llena el alma cuando vemos ésos colores. Cuiden lo que tienen, dejen espacio en la vereda para que el agua llegue a sus raices. Uds tienen una ciudad hermosa, mírenla con otros ojos. Vean su colorido, su abundante naturaleza que desborda en cada rama. Cuiden a ése lapacho, el verano llega y no tendrán su benévola sombra.
Impresionante narración!
Qué bueno!
Hermoso x fin aguien que defienda la naturaleza !! la felicito!!!
Es increíble que siempre haya algún idiota al que le molesten los árboles… Si rompen las veredas, saquen las veredas…. ¿O no ven qué es más importante?
Hermoso el relato, nos hace pensar y como! pero que làstima me produce saber que el simbolo de Puerto Rico en la primavera eran los lapachos, cada vez son menos, esta es la ciudad que queremos, no podemos convivir y encontrar alternativas antes de cortar semejante arbol, o tendremos que esperar 30 años mas para refugiarnos en la sombra de otro arbol?